lunes, 14 de enero de 2013

Noches liberadas


12:30 de la madrugada, lo veo en la sala terminando algunos asuntos pendientes de trabajo; desde la puerta lo observo de lejos mientras mordiéndome los labios cientos de ideas recorren mi cabeza.

Me dirijo hasta el sofá… la sala se siente tibia y a la vez acogedora por la pobre luz que emana de la lámpara iluminando sutilmente el lugar.

Me paro frente a el mientras con mis manos dejo caer al piso la ligera y sexy bata de noche. Sus ojos como faroles se alzan ante la silueta de mi cuerpo, expectante, anonadado.
- Suficiente trabajo por hoy. Le dije

Tomé una frisa que estaba tirada a su lado y la extiendo sobre el suelo, tomándolo de la mano lo levanto del sofá y sin perder contacto visual empiezo a desvestirlo lentamente mientras un baile erótico invade mi ser con una música que solo el deseo sabe entonar.

Desnudo frente a mí, me despego unos pocos centímetros y lo miro de arriba abajo, de abajo a arriba mientras mi lengua se muere por probar cada parte de el.

Ejecutando lo que le digo, se coloca en la frisa boca abajo, y yo montada sobre su espalda empiezo a acariciarlo lentamente con la punta de mis uñas mientras le voy susurrando al oído.

El aceite cae sobre su piel mientras mis manos van expandiéndolo… por su cuello, hombros, espalda; muy muy lentamente pero con firmeza… movimientos circulares que van provocando reacciones sobre su piel. Se tensa, se eriza, de su voz sale un gemido mientras muerdo dulcemente su oreja izquierda, y excitada yo sabiendo que lo tengo bajo mi poder, a mi merced.

Le ordeno que se coloque boca arriba, mientras con mi mano derecha tomo un cubito de hielo de su tan oportuno vaso de whisky. Muy despacio voy recorriendo cada parte de su pecho, viajando lentamente hacia el sur donde mi lengua sedienta sigue el trayecto del recorrido humedecido…





Llegando a su pelvis me detengo, y encima de él empiezo a recorrer con el hielo los alrededores de mis pezones… dejo caer algunas gotas desde mis pechos hasta mi ombligo, donde rápidamente viaja hacia mi sur y hace que me excite, que empiece a gemir de una manera que lo vuelve loco.


Sus manos sobre mis muslos, con movimientos excitantes nos van incitando cada vez más a llegar donde queremos.

Mientras le digo que por nada del mundo deje de mirarme a los ojos, voy bajando a donde he querido ir, a esa fuente de placer que hace alarde de tanto poder sobre si, y que con tan solo pasar mi lengua me hace desear más y más.

Sin dejarlo llegar me monto sobre él, cual jinete domando su caballo…
Masajeo mis pechos mientras sin dejar de mirarlo subo y bajo, sentirlo dentro de mí, así de esa manera provoca que mi cuerpo eleve sus niveles de excitación y consigo los movimientos que cada vez van provocando mas gemidos, esos gemidos que llaman a gritos la liberación de esas aguas dulcemente estancadas… y así es como las dejamos correr, las dejamos salir de estos cuerpos que una vez sedientos se llenaron de tanto, y esta es su manera de agradecer a gritos, a gritos exquisitamente humedecidos. 

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...