miércoles, 6 de mayo de 2020

Mitad y mitad...


No podrías ni imaginar donde está, y si en algún momento de tu vida tendrás el privilegio o al menos la oportunidad de encontrarla.

La mia estaba escondida entre amigos y conocidos... allí estaba él, mirándome pasar mientras yo nunca lo noté, justo por estar buscando frente a sus ojos otras mitades que ni al inicio ni al final lograron encajar.

El tiempo pasó, y por alguna razón mis ojos lo vieron, y entre algunas cortas pláticas a través de mensajes de celular se iniciaba aquella historia, una muy buena historia llena de picardía, imaginación y fantasía.

Rodeada del verde de la naturaleza, el color mas hermoso, allí se veía una piscina y una tina que entre sus cristales dejaba muy poco a la imaginación...
Quién diria que aquella inocente imágen seria la detonante de tanto placer.

Jugamos a dejarnos llevar y a imaginarnos allí, mirándonos, respirandonos,  tocandonos, sintiendo mucho más que un simple tacto en aquella tina, como intentando liberar una fantasía que nos consumía.

No podíamos dejar las cosas allí encerradas en aquella imágen, era demasiado bueno como para no intentar hacer realidad al menos una pequeña parte de lo que vivimos imaginariamente allí, por lo que planeamos nuestro encuentro.
El no lo sabía pero desde ya lo deseaba, cada copa de vino que tomaba en las tardes llevaba su nombre, desde ese momento no hacia otra cosa que tocarme y cerrar los ojos imaginando que pudiera ser el.

Llegó el día de nuestro encuentro, y a pesar de que su llegada fue retrasada, la química fue muy buena aquella tarde, me encantó conocer su lado relajado, sus chistes que solo el entiende, y su forma de pensar que al final era muy parecida a la mia... Luego de unos pocos tragos empezó la seducción y el coqueteo descaradamente, pero por desgracia no nos daba tiempo para más que eso.

A la mañana siguiente volvimos a vernos, y luego de algun rato de conversación y unas copas de vino ya estaba sintiendo el efecto tan excitante que ese licor provoca en mi...
De repente me veo sentada sobre el, a su frente, y siento su mano como se escabulle dentro de mis cortos pantalones, oh si, esos dedos se sienten muy bien dentro de mi.

Me tira en el mueble y siento más y más placer al arrojar mis pantalones al piso mientras sus dedos siguen jugueteando con mi humedad... quiero más, y le pido duro, fuerte, quiero sentirlo todo. 

Su deseo por complacer no tiene límites, por lo que me penetra sin piedad, DIOS QUE RICO SE SIENTE, tanto así que logra llevarme al punto máximo de placer y  provoca que explote una y otra vez, de una y mil maneras.

Mi mente no concebía que mi cuerpo estuviera capacitado para recibir tanto placer y poder llegar al clímax una y otra vez. Sin duda, no podía haber otra mejor mitad que el.

Oh dador de placer, no sabes bien lo bien que sabes, lo rico que sabes... en mi vida no había probado un manjar igual, tener todo tu vigor y tu poder en mi boca es otra forma de sentir ese exquisito deseo que me provoca nunca terminar.

Unimos nuestras dos mitades, mitad y mitad... simplemente perfecto.



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