domingo, 17 de abril de 2011

Sobre la mesa



Nunca me hubiese imaginado que sobre el sitio donde tantas veces almorzaba llegaría a sentir algo más que deseo por un plato de comida.

Esa noche de verano la recuerdo como ahora, en la ciudad hacia bastante calor, la casa estaba caliente pero más bien sentía que por dentro me quemaba yo. La ocasión era propicia para tomar un baño de espumas, relajarme y disfrutar lo que el momento trajera hacia mí....

Me perfume, me puse unas ligas, unas botas que no usaba desde el invierno pasado, y una corbata de él. Siempre supe que usar una prenda masculina hace que el momento sea más "HOT".

Prácticamente desnuda me recosté sobre la mesa a esperarlo a él; me sentía sexy, ardiente, una provocadora sin compasión. Como hoja que se deja llevar por el viento, así me deje llevar yo esa noche por el momento. Empecé tocando mis labios con solo un dedo, en seguida fue el cuello... mis ojos se cerraban solos mientras mi lengua jugaba dulcemente con mis labios.

De pronto sentí su llegada, el sonido de sus zapatos por el pasillo me anunciaban que estaba aquí. No sé si esa noche ambos deseábamos lo que iba a pasar, pareciera que estábamos conectados de alguna manera.

El deseo no se hizo esperar, en cuanto entro por esa puerta, solo me miraba a los ojos mientras lentamente se acercaba hacia mí y lo veía quitarse uno a uno los botones de su camisa blanca.

Me tomo por los cabellos y con su respiración hizo un recorrido constante sobre mi cuerpo. No podía creer lo que estaba pasando, quería sorprenderlo pero la sorprendida fui yo.

El deseo aumentaba con los segundos, ya yo no tenía control de lo que hacía, el impulso de nuestros cuerpos pareciera que bailaban en un altar de sentimientos y fantasías.

Empezó a acariciarme lentamente, a besarme, a tocarme... Estaba a punto de pedirle más, cuando de pronto se lanzo sobre mí, en la mesa; oh Dios! eso fue tan mágico, que de contarlo vuelvo a revivir aquel suceso...









Entre calor, una mesa de madera y tanto deseo, la noche fue solo nuestra...
Si pudiera describir con una palabra lo que paso esa noche, diria que fue "Indescriptible".

Al final me dio un beso y me susurro en el oido: "Esto es lo mas delicioso que he podido probar sobre esta mesa".

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