Déjame tú querer,
Déjame el corazón que palpita silente en cada centímetro de mi piel.
Déjame tus labios adornando mis gemidos,
Tus manos elevando mis sentidos,
Déjame el recuerdo de tu piel para no morir de frío cuando ya no estés conmigo.
Déjame tu sexo recordándome lo vivido,
Tu voz susurrándome al oído,
Tus fantasías de medianoche para fundirnos en un solo suspiro.
Déjame tu manantial de placer para no morir de sed,
Tus caderas para montarte y en ellas estremecer…
Amor, si te vas déjame todo esto,
Te las devuelvo en la otra vida cuando nos volvamos a ver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario