martes, 14 de septiembre de 2010

Con el arma en las manos


Con el arma en sus manos apuntaba justo hacia mis mas sucios pensamientos; la misma arma con la que aceleraba mis palpitaciones a un nivel que era casi imposible de controlar.

La miraba fijamente esperando que disparara sus balas de éxtasis, con las que si llegaba a tener contacto, me dejaría muerta de deseo en aquel lugar.

Poco a poco el arma subía cada vez mas arriba... él hacía intentos de disparar, sobaba el arma de una y mil maneras con las que yo quedaba loca de desesperación en cada uno de sus movimientos.

Quería que disparara, quería probar la muerte instantánea en el deseo, quería que su bala recubierta del más exquisito placer atravesara mi boca y se expandiera por todo mi interior.

Ya no soportaba mas... esa noche estaba dispuesta a todo, con gusto quería morir de deseo con su arma vigorosa dentro mi boca.

Rápidamente fui tras el, metí el arma en mi boca y con unos movimientos sensuales que hice con mi lengua hice que disparara, y así fue como aquella noche yo caí muerta de deseo en aquel cuarto de hotel.  


1 comentario:

Yselan Lupo dijo...

La carga espermica del arma contiene puro placer, de ella brota el deseo que fugaz, que hace que nuestro cuerpo tiemble, el corazón se acelere y nos lleve a la muerte en un lecho de sudor.

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